Suena el
campanario y no son las doce.
Vestidos negro,
caras largas.
La tristeza
lidera y los demás avanzan.
Hoy se ha muerto
alguien.
Pasos de
susurros,
de llantos
fingidos
de amigos
queridos.
Pasos de la
gente.
Crepuscular
mirada
Y como cada
mañana,
pero esta vez
diferente,
estoy vació.
Y ahora me doy
cuenta:
Hoy se ha muerto
alguien,
y ese alguien,
soy yo.
Ignacio Rivoira (2º Bachillerato)
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